lunes, 24 de abril de 2017

¿Y si se entristece al saber que es adoptado?

Puede que tu hijo se enfade o entristezca al hablar, o pensar, sobre su adopción o su pasado.
Beatriz San Román
Ayudar a tu hijo a asimilar su historia no se limita a irle transmitiendo la información a medida que está preparado para procesarla. Significa también ayudarle a digerir las emociones que este proceso conlleva.
A los padres nos gustaría creer que, si hablamos de ello con las palabras adecuadas, nuestros hijos encajarán sin dolor su historia. Lamentablemente, esto no es cierto. Descubrir que la vida es a veces muy injusta es siempre un proceso doloroso.
Es muy posible que tus explicaciones le hagan sentirse triste y confuso. O que se muestre en los días siguientes especialmente irascible y desafiante. Es normal. Encajar el rompecabezas de su vida y poder asimilarlo positivamente es un proceso que conlleva sentimientos difíciles, entre los que se encuentran la tristeza, el enfado y la rebeldía.
- No temas al dolor de tu hijo, es parte natural de su proceso de maduración. Compartir su sufrimiento y su tristeza no amenaza vuestra relación sino que la fortalece.
- Hazle saber que lo que siente es normal, que le entiendes. Frases como "a mí también me hubiera gustado que las cosas fueran de otra manera" le permiten percibir que entiendes lo que le pasa y que estás de su lado.
- El dolor tiene muchas formas, no lo confundas con un ataque personal. Cuando un adolescente te grita que no eres su padre -o un niño de primaria enfurruñado te suelta "me gustaría que estuvieras muerta"- está tratando de canalizar su angustia y sus temores. No te hagas el ofendido, lo que necesita es que le acompañes en esta etapa difícil y le reafirmes en que ahora eres su padre para siempre, y en que siempre vas a estar de su lado.
- No escatimes las muestras de cariño y los momentos de mimos y risas compartidas. Cuando tu hijo sienta que se reabren las heridas de su pasado, las demostraciones de afecto, los abrazos y las caricias actúan como un bálsamo que alivia su sufrimiento.
Hablar con nuestros hijos de la ilusión con la que preparamos su llegada o del viaje en avión que nos trajo a casa no nos resulta difícil. La mayoría de los padres hablan de ello con sus hijos desde que son pequeños. En cambio, hablarles de su familia biológica nos parece a veces muy complicado: ¿estará preparado para saber?, ¿por dónde empiezo?, ¿qué hago si se enfada o se entristece?
Aún hoy se sigue llamando "revelación" a la información que se da a un niño adoptado acerca de sus orígenes. El término parece remitir al momento del descubrimiento de un secreto bien guardado, cuando en realidad lo conveniente es permitir al niño que asimile su historia poco a poco.
Para ayudar a nuestros hijos a comprender sus orígenes, es necesario tener presentes las siguientes ideas:
- No se trata de esperar "el momento adecuado" y soltarle de golpe toda la información que tenemos sobre la primera etapa de su vida. Como con cualquier tema complejo, lo mejor es empezar por ideas simples e ir añadiendo detalles a medida que aumenta su capacidad de comprender.
- Necesitamos elaborar nuestros propios sentimientos sobre el tema, porque los niños perciben más allá de las palabras.
- Antes o después habrá momentos en que a nuestro hijo le produzca rabia o tristeza su propia historia. Por mucho que nos esforcemos en hacerlo bien, siempre hay un componente de dolor en entender las circunstancias que llevaron a la adopción y todo lo que la misma implica.
fuente: adopcionenuruguay.blogspot.com
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